Título: Buried. Enterrado (Buried).
Director: Rodrigo Cortés.
Guión: Chris Sparling.
Intérpretes: Ryan Reinolds (Paul Conroy).
Año: 2010.
País: España.
Duración: 96 minutos.
Buried nos cuenta la historia de Paul Conroy, un contratista estadounidense ubicado en 2006 en un Iraq sumido en la guerra, que se despierta enterrado en un ataúd de madera con poco más que un móvil y un mechero. A lo largo de una hora y media seremos testigos de cómo Paul no cejará en su empeño por salir de esa angosta caja y volver con su familia.
Éste es el hilo argumental de lo que para mí es, hasta la fecha, la mejor película de 2010. Y, además, española. ¡Chúpate esa, Origen!
Al parecer, el guión de Buried (escrito por el nada conocido Chris Sparling) llevaba dando tumbos por Hollywood cerca de un año bajo el pretexto de "es una buena idea pero es imposible". Por suerte para nosotros, Rodrigo Cortés no lo vio tan imposible y tomó las riendas del proyecto.
La película ha sido muy elogiada y bamboleada de aquí para allá. Toda la gente que la ha visto me ha dicho que está muy bien. Y ya. Pues a mí me toca venderla. Buried es estupenda porque es el paradigma del producto de mercadillo: es buena, es bonita y es barata.