Lo digo rotundamente, es la mejor serie en parrilla de todas las que sigo. Se trata de un drama sólido y crudo que siempre ha ido a más. La progresión de las dos pasadas temporadas me parece francamente envidiable y, por lo que pude ver en el primer capítulo de la tercera temporada, no creo que me defraude lo más mínimo.
Breaking Bad nos cuenta la historia de Walter White (Bryan Cranston), un profesor de química de instituto, cuya vida da un vuelco cuando le diagnostican un cáncer de pulmón.
Walter tiene un hijo adolescente, Walter Jr. (RJ Mitte), que padece parálisis cerebral; y, además, su mujer, Skyler (Anna Gunn), está embarazada de una niña. Con este panorama, Walter no sabe qué hacer para procurarles un buen futuro a su familia cuando él ya no esté. Un día, va con su cuñado (Dean Norris), una agente de la DEA, a ver una redada policial de un laboratorio de metanfetamina. Allí ve huir a Jesse (Aaron Paul), un antiguo alumno suyo. Walter acabará por asociarse con él y producir metanfetamina a fin de conseguir dinero suficiente para su familia antes de morir.
La cosa se vuelve cada más y más puntiaguda y cruda y, para maravilla de todos, los personajes no salen indemnes ni muchísimo menos, sino que evolucionan y sufren estos sucesos de forma que pocas veces he podido ver en una serie, viéndose en ocasiones en situaciones realmente escabrosas.
Que nadie se confunda: esto no es Weeds. Weeds, que también me encanta y de la que hablaré tarde o temprano, podría relacionarse con Breaking Bad por tener un punto de partida más o menos similar. Pero donde Weeds es una comedia y dura 20 minutos, sin llegar a importunarnos (al menos a mí) la falta de cuidado con la que traten a los personajes y lo absurdas que puedan ser las tramas; Breaking Bad es una señora serie que, por el momento, es absolutamente consecuente consigo misma y a la que más le vale seguir siéndolo, o será una auténtica lástima.
Pero no solo eso. Esta serie cuenta no sólo con una buena trama y un buen desarrollo, sino también con un reparto espléndido en el que debo resaltar al grandísimo Bryan Cranston que no sin razón se ha ganado dos Emmys a mejor actor en los dos años que lleva la serie. Yo no podía imaginar que el que fuera Hal en la conocida serie Malcolm in the Middle, en la que ya destacaba como un personaje peculiar (pero sin salir del rol cómico de un tipo escéntrico), pudiera presentar una interpretación tan severa y creible como lo hace. Además, no contento con esto, también ha hecho sus pinitos en la dirección en un par de capítulos.
No sé cuánta vida le quedará a esta serie. Siendo justos espero que no pase de una quinta temporada; o que, si lo hace, no se convierta en algo frívolo, pues en un tema tan complejo de tratar como es el mundo del crimen es algo que fácilmente puede ocurrir. Eso sí, mientras dure la seguiré con entusiasmo.
La serie es una creación de Vince Gilligan y se emite los domingos en AMC. En España, parece emitirse en el canal Paramount Comedy, pero la página del mismo apenas hace una mínima mención a la serie. Una pena que sea tan poco conocida por estas tierras.
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