lunes, 26 de abril de 2010

La habitación perdida

La serie de este mes no es tan siquiera una serie, es una miniserie. Ya es hora de que os enterárais: me encantan las miniseries. Desde mi punto de vista, una miniserie es lo más parecido a un libro que podemos encontrar en el mundo audiovisual. Lo mejor de todo es que, de cuando en cuando, hay alguna que realmente merece la pena. La habitación perdida realmente la merece.

Se trata de una miniserie de seis episodios de aproximadamente 40 minutos cada uno emitidos como tres capítulos dobles. Fue producida por el canal estadounidense SyFy en 2006 y que en España pudimos verla en Cuatro en abril de 2007.

Me cuesta una barbaridad explicar de qué va esta serie sin destriparla de arriba abajo, pero intentaré vendérosla sin destrozarla.

¿Qué pasaría si un día descubres que existe una llave que abre todas las puertas, una llave que te transporta a la habitación de un motel ubicado en ninguna parte y desde la cual puedes ir a cualquier puerta que se te ocurra? ¿No la usarías? ¿Y qué pasaría si descubrieras que hay una cantidad enorme de objetos igualmente increibles cada uno con una habilidad propia que sobrepasa nuestro concepto de la realidad?



Esto le ocurre al detective Joe Miller (Peter Krause) un día como otro cualquiera en tanto que su ex-mujer intenta quitarle la custodia de su hija Anna (Elle Fanning). Por desgracia para él, "los objetos" no son algo que pase desapercibido: hay toda una subcultura oculta ante nuestras narices que se dedica a investigar y recolectar objetos y son muchos los que intentan hacerse con cuantos más objetos mejor, utilizando los medios que sean necesarios. Todo esto lleva a la irremediable desgracia cuando Anna desaparece sin dejar rastro en el interior de la habitación. Joe moverá cielo y tierra para hacer regresar a su hija. Así, iremos conociendo la historia de los objetos y su mundo llegando a donde muy pocos han llegado y descubriremos que siempre hay un precio a pagar por usar los objetos.

Todo este universo fue creado de mano de Laura Harkcom y Christopher Leone guionistas que no han hecho prácticamente nada más en su carrera (Laura absolutamente nada más), cosa que no deja de sorprenderme porque si venero La habitación perdida (que lo hago) no es por su trama o sus personajes, que también; sino por lo que define todo esto: esa sociedad sumergida fanática y desquiciada en torno unos objetos que han sido planteados con genialidad impidiéndonos darle un sentido lógico evidente a todo lo que vemos y que nos obliga, por fuerza, a rendirnos a su poder porque jamás podremos entender de dónde salieron o por qué. Ese mundo que se nos define a pinceladas que la mayoría de las veces nos dejan sin el grueso de la información y, pese a ello, o quizás precisamente por ello, da la impresión de estar perfectamente organizado (¿se nota cómo babeo?).

El final. Quizás lo más problemático para algunos. Es cierto que el final de La habitación perdida puede parece un final muy abierto: a lo largo de los seis capítulos van sucediendo muchas cosas que luego quedan en el aire y sin resolver; pero eso, para mí, forma parte de ese mundo en torno a los objetos que se crea a lo largo de toda la miniserie. Sin embargo, creo que hay un argumento que es el hilo de la serie y ese hilo está perfectamente cerrado al finalizar la misma, por mucho que queden pendientes otros de quizás mayor magnitud.

Pero es que no sólo la historia, el reparto también me parece excepcional con un buen número de secundarios perfectamente ubicados en su personaje: Dennis Christopher, Kevin Pollack, Roger Bart y en especial Peter Jacobson, por mentar los más relevantes se ubican a la perfección en sus personajes. En mi opinión, Julianna Margulies es lo que más flojea en toda la miniserie pero no es excusa para despreciar esta joya que a mí realmente me encanta hasta el más ínfimo detalle.

Y aquí os dejo ya, porque podría maravillarme hasta el infinito con La habitación perdida pero tampoco es plan de hacer que la aborrezcáis...

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