domingo, 27 de diciembre de 2009

Avatar: ¿Pitufando con lobos, u obra maestra?





Título original: Avatar
País: EEUU
Año: 2009
Director: James Cameron
Actores: Sam Worthington, Zoë Saldaña, Stephen Lang, Michelle Rodríguez, Giovanni Ribisi, Sigourney Weaver

La película no deja indiferente a quien se haya enfrentado a ella. Eso es un hecho. Para bien o para mal, las declaraciones de Cameron afirmando que esta iba a ser “la obra que cambie el cine”, sumadas a la tremenda expectación generada por los años de espera, han desembocado en una respuesta del público tan multitudinaria como radical: o la amas o la odias, es difícil pensar en que es “una película más”.


Cuando a uno le ponen muchas expectativas sobre cualquier obra, una película excepcional puede pasar a ser sólo muy buena, y una muy buena pasa a ser mediocre. Las expectativas sobre avatar eran totales, y en todos los sentidos. Sólo así puede explicarse una oposición tan marcada entre los comentarios de detractores y fieles. Vamos a intentar apartarlas de nuestra cabeza, a quedarnos en blanco. Sólo así, como yo mismo descubrí al dejar el cine, es posible juzgar Avatar.


El espectáculo visual y sonoro es indescriptible. Eso también es un hecho. Nos hemos ido acostumbrando a ese 3d que como mucho consigue que una hoja destaque en la pantalla, un pájaro vuele hacia ti y los objetos tengan cierta sensación de volumen. Ya está. Avatar convierte lo anterior en obsoleto: el “efecto ventana” es total, y consigue meterte en pantalla. Literalmente. Los objetos están distribuidos a tu alrededor. No son dibujos animados inflados, son reales. Cuando aparece la cabina de un avión, estamos en la cabina. Cuando los protagonistas se encierran en las cápsulas que les permiten meterse en sus dobles, sientes claustrofobia. Cuando el avatar se despierta, despiertas con él. Cuando recorre Pandora, agárrate al asiento. La recreación del mundo es maravillosa a todos los niveles. Por otra parte, la interacción de los alienígenas con los actores reales es impecable. Podrás discutir si te gustan más o menos, pero no el realismo. Gollum a su lado es la rana Gustavo.



Las críticas de quienes hayan visto la película (en 3d, al menos) no pueden venir por este lado ¿Entonces? Entonces leed el guión. O la sinopsis. Es más, ved el trailer: la película es predecible hasta el infinito. El argumento recuerda tanto a obras anteriores (Bailando con lobos, Pocahontas, El último Samurai) que no puede suponer ese soplo de aire que debería ser. Muchos, y en un principio me incluí entre ellos, han creído ver aquí la caída del gigante antes de que eche a andar. Luego decidí dejar de pensar en la película como “la obra que va a cambiar el cine”. Pensé más en obras que sí cambiaron el cine y ahora son clásicos reconocidos. ¿A alguien le sorprendió Titanic? La anterior obra maestra de Cameron (ojo que a mí no me gusta) era un spoiler en sí misma. Hasta el título gritaba lo que iba a ocurrir, y a pesar de ello arrasó. Por no salir del agua, vino a mi cabeza Tiburón. ¿Vamos a fingir ahora que el primer gran Blockbuster de la historia tenía un argumento original? Un monstruo que viene a sembrar el pánico no es nada que no hubiéramos podido ver en Godzilla, King Kong y una centena más.



La mayor parte de las mejores películas de todos los tiempos son adaptaciones e historias ya narradas. Cadena perpetua, El Padrino, El Exorcista, Nosferatu… nada nuevo. Hoy, esa falta de argumentos sacados “de cero”, si es que tal cosa es posible, resulta incluso más dolorosa. Revisemos la cartelera de 2009, ya que termina el año. ¿Algo nuevo? Poco. ¿Cuántas películas más de vampiros hacen falta para acabar de destrozar el mito? Y una última pregunta. ¿Alguien se preocupó demasiado de que Pocahontas se pareciera incluso más a Bailando con lobos?



Aunque rompo una lanza a favor de Avatar contra todas esas críticas, soy realista. El guión consigue que las dos horas y cuarenta que dura no se hagan eternas. Atrapa, te deja expectante, en parte gracias al festín de imágenes y sonidos. No voy a cuestionarlo por poco original (¿Qué hay original en estos días?) pero sería pecar de ingenuos el insinuar que es todo lo bueno que podría cuando está claramente al servicio de la tecnología. Es una excusa. Cumple, entretiene. Ya está.



En definitiva, James Cameron ha podido crear con Avatar la mejor película de la historia. Ha podido, y se ha quedado por detrás. Sin embargo, no hay que desmerecer el resultado: para aquel que busque entretenimiento, no puedo hacer otra cosa que recomendársela encarecidamente. Para el que disfrute del cine, también, y le pido que dentro de diez, veinte años eche la vista atrás y trate de encontrar a alguien que recuerde El último samurai. Es más, a ver quien se acuerda Kevin Costner al paso que va. En cambio, veremos cuántos títulos van a beber directamente de la tecnología de Avatar. No me cabe duda alguna de que el legado que nos va a dejar es, si acaso, algo menor que el que predijo el director, pero mucho mayor que el que muchos críticos se empeñan en conceder.




De momento, id a verla, y en 3d. Disfrutad, y hacedlo sin preocuparos de meter la película en ninguna absurda lista de las mejores de la historia, de calibrar su influencia o de buscar parecidos con todo. El tiempo pone las cosas en su sitio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario