sábado, 14 de noviembre de 2009

The Box

Título: The Box (The box)
Director: Richard Kelly
Guión: Richard Kelly (guión), Richard Matheson (historia corta "Button, button")
Intérpretes: Cameron Diaz (Norma Lewis), James Marsden (Arthur Lewis), Frank Langella (Arlington Steward), Sam Oz Stone (Walter Lewis), James Rebhorn (Norm Cahill)
Año: 2009
País: Estados Unidos
Duración: 116 minutos

Resumen: Me resulta muy difícil hablar de esta película sin destriparla de arriba abajo así que me limitaré a decir poco más de lo que se expone en el trailer oficial de la misma.

Nada más empezar, se nos alerta, con un texto a modo de informe oficial de la NSA de que un tal Arlington Steward ha revivido, se ha escapado de la unidad de quemados de un hospital y está en paradero desconocido. Además, saben que ha desarrollado un aparato cuya finalidad desconocen y lo relacionan con algo llamado "Proyecto Marte".

Acto seguido, la película nos sitúa en 1977 en el seno de la familia Lewis, un matrimonio con un hijo que lleva una vida cómoda en los suburbios. El marido, Arthur, trabaja para la NASA en el desarrollo de cámaras para los terminales espaciales y espera ansioso haber superado las pruebas para astronauta. La mujer, Norma, enseña literatura (Richard Kelly y literatura, qué raro...) en un prestigioso colegio donde está becado su hijo.

Una noche, llaman a su puerta las 5:45 de la mañana y, cuando por fin se levantan, se encuentran con un paquete que contiene una caja de madera con una cúpula de vidrio y un botón en su interior. Junto a la caja, incluye una nota de un tal Arlington Steward que les advierte que volverá a visitarles a las 5 p.m. de ese mismo día.


A lo largo del día, Norma se entera de que el colegio, pasando por un mal momento, va a retirar las becas a los alumnos hijos de los profesores y Arthur descubre que ha sido rechazado para astronanuta bajo el pretexto de no haber superado las pruebas psicológicas. En este marco, llegan las 5 p.m. y Norma recibe al extraño y demacrado Arlington Steward que le propone una interesante oferta: ella y su marido deberán decidir si pulsar o no el botón de "la unidad del botón", como él la llama. Si lo hacen, sucederán dos cosas: la primera de ellas es que, alguien que no conocen, morirá; la segunda, que cobrarán un millón de dólares. Este trato se les ofrece bajo tres condiciones: el Sr. Steward no está autorizado a desvelar ninguna información sobre sus superiores, sólo pueden comentar el asunto entre ellos y tienen 24 horas para decidirse, momento en el cual el Sr. Steward volverá a recoger la unidad del botón.

Y esto es sólo el principio. A partir de aquí prefiero no contar qué ocurre en la película porque yo no querría que me lo contaran.


Crítica: Fui a ver esta película sin muchos ánimos esperando encontrar un plagio algo freak de un capítulo que ví hace tiempo de Alfred Hitchcock presenta, pero también esperaba que me sorprendiese. Hay que decir que de Richard Kelly sólo he visto Donnie Darko (aunque sólo hay dos más que ver) y esa es la razón por la que esperaba que me sorprendiese.

El reparto me pareció bastante pobre, al menos en lo que respecta a los actores principales, que me parecen paupérrimos. Al contrario de lo que creía, aguanté mejor a la larguirucha Mary que a Cíclope, pero no por ello dejan de parecerme malísimas elecciones. Sobre el reparto, la única nota positiva que se me ocurre es el papel del, desde mi punto de vista, fantástico Frank Langella que interpretaba el papel de Arlington Steward, pero su personaje resulta tan inexpresivo y carente de emociones que lo mismo podían habernos dado haber puesto a cualquier otro individuo de voz grave. También debo decir que la fantasmada de quitarle media cara al Sr. Steward me parece excesiva y no me aporta nada en absoluto y, aunque es algo necesario a la historia -más o menos-, podría haberse hecho con más elegancia, sin necesidad de hacerlo tan significativo. De todas formas, supongo que será algo que viene de la historia corta. Pero bueno, podía contar con la trama.


O eso pensaba yo. Lo cierto es que la idea de la trama me recordaba, en principio, a aquel capítulo que ya he mencionado, lo que me daba una idea aproximada de su desarrollo y no me resultaba muy atractivo. Pero en esa creencia de que sería sorprendido, tuve claro que tenía que ver esta película. Pues bien. Empezó la película y todo apuntaba a que yo tenía razón en cómo se iba a desarrollar la película y, de repente, me sorprendió. Debo decir que pasé unos de los mejores cuarenta minutos que he pasado en mucho tiempo ante una pantalla de cine. La sucesión de hechos bizarros de los que se nos hacen partícipes no cesa en ningún momento y nos estrujamos la mente en busca de una explicación que pueda dar sentido a todo aquello. El problema está en lo que pasa cuando por fin nos dan esa explicación y cómo continúa la película.

La explicación de todo lo que ha acontecido es sin duda la más lógica o la que cupiese esperar y, seguramente, a muchos no le guste. Seguramente a esos mismos tampoco les habría gustado quedarse sin una explicación. Yo habría disfrutado cono un perro si los cuarenta minutos de absoluta perplejidad se hubieran dilatado hasta el final de la película. Por desgracia, esto no sucede. Nos explican, y en verdad no del todo mal, el porqué de todo esto. El problema está en que, después de tanto surrealismo, todo nos sabe a poco y acabamos pensando que estamos viendo un remake de un montón de películas que no mentaré por no aguar a nadie la fiesta.

En definitiva, la película no me convenció en absoluto salvo por el fragmento de cuarenta minutos que me tuvo en vilo; y, es sólo por esto, que puntúo la película por encima del 5.

Nota: 6,5/10

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